Solo sus ovejas oyen su voz y el las conoce y le siguen.

Mas vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; Y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dió, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Juan 10:26-29

viernes, 12 de octubre de 2012

''Video'':Sondas de la NASA graban el "canto de la Tierra"



De los Salmos de David en los que los cielos cantan la gloria de Dios y la poesía del “Canto a la Tierra” de Francisco de Asís hemos pasado al registro científico del “canto de la Tierra” de la NASA.

Y es que los tiempos pasan, aunque la belleza permanece, porque el canto registrado es –lo dicen los mismos científicos- como el “canto de los pájaros”

Este coro al que la NASA le atribuye rango de canción hecha por nuestro propio planeta, es un fenómeno electromagnético provocado por las ondas de plasma en los cinturones de radiación de la Tierra, conocidos como Van Allen. Durante muchos años, los radioaficionados han estado escuchando estos coros pero nunca con la nitidez de este registro.

Pero ahora, gracias a dos sondas espaciales que cargan con un equipo llamado EMFISIS (Electric and Magnetic Field Instrument Suite and Integrated Science) construído por la Universidad de Iowa, se ha logrado escuchar este coro grabado en el mismo lugar donde se origina .

Muchos radioaficionados lo han captado con sus equipos particulares. "Es más fácil escucharlo por la mañana, por lo que a veces se refieren a estos ruidos como coro del amanecer", indica Kletzing.

Craig Kletzing de la Universidad de Iowa explica: “este coro es lo que escucharía un ser humano ubicado en los cinturones de radiación de la Tierra si en lugar de oídos tuviera antenas” .

Kletzing aclara que no son ondas acústicas que viajan a través del aire de nuestro planeta, sino ondas de radio que oscilan a frecuencias acústicas , entre 0 y 10 kHz y que las antenas de búsqueda de bobinas magnéticas de EMFISIS están diseñadas para detectar este tipo de ondas.

Con respecto al registro sonoro, Kletzing se mostró sorprendido por la claridad de la grabación y le adjudica el logro al muestreo de 16 bits, “similar al de un CD”, que se configuró en el instrumental para captar el registro, algo que también esperan pueda servir para lanzar grabaciones inéditas estéreo de los coros de la Tierra



Este avance es sólo el comienzo de una misión que durará dos años y que buscará también determinar qué tan amplia es la región de los cinturones de Van Allen y qué zonas poseen la mayor concentración de “electrones asesinos” que podrían perjudicar a satélites y astronautas.
Fuente: AcontecerCristiano

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