Solo sus ovejas oyen su voz y el las conoce y le siguen.

Mas vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; Y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dió, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Juan 10:26-29

miércoles, 4 de mayo de 2011

Tuve Una Visión

Nota:  Tiemposdetribulacion.blogspot.com
Esta vision la encontre el domingo en mi buson de correo y la estoy publicando para beneficio de todos.
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Habiendo conocido al señor Jesucristo, me aparte de sus  caminos,  y  Dios en su infinita misericordia un día  me llevo al cielo. Estando en mi  habitación acostada, en cuestión de segundos, vi como mi espíritu salía de mi cuerpo. En un abrir  y cerrar de ojos, me encontré en el cielo y vi una puerta ancha que se abría. Cuando salen  a recibirme,  era mi hermana mayor transformada en una niña, vestida de blanco y con una corona en su cabeza y me decía: “entra “. Cuando miro mi cuerpo  yo también estaba transformada en una niña, vestida de blanco y también con una corona. Mi hermana sujetaba mi mano y me decía: “no te detengas, camina”. Yo  seguí  caminando y cuando me fije, quede impactada y maravillada de lo que mis ojos veían. Me encontraba caminando en unas calles de oro. Allí pude sentir una paz que estando en el mundo no sentía, mi hermana continuaba diciéndome que caminara y no me detuviera. Seguí  caminando mientras le gritaba a mi hermana: “¡no quiero regresar, porque la paz que siento aquí, no la tengo a ya abajo! “. Mire hacia el lado y vi un jardín de rosas que jamás en mi vida había visto. Quise detenerme y tocar las rosas de tantos colores  que nunca en la tierra había visto, pero mi hermana continuaba diciéndome: ” camina no te detengas “. Fue entonces cuando me percate que seguía caminando por las calles de oro. Más adelante   vi un lago y nuevamente quede impactada. Era un lago transparente. A través del podía ver los peces de diferentes colores, era  maravilloso lo que estaba experimentando, seguía gritándole a mi hermana: “! La paz que siento  aquí, no la siento en el mundo! “; pero mi hermana continuaba diciéndome que caminara y no me detuviera.
Subí  hacia una loma, ahí había un árbol frondoso, cuando mire a lo lejos, vi un castillo enorme, le gritaba a mi hermana: ” !Quiero ir  allí ¡”, pero ella me decía que no era el momento. Seguí  caminando y gritando desesperadamente que no me quería ir de allí, la paz y el gozo que yo sentía estando en ese lugar era inmensa, pero aun mi hermana continuaba diciéndome: “ camina no te detengas “ . Pude ver  que mis pies tocaban una nube gigantesca, aquella nube era como una mota de algodón suave. Mi hermana  y  yo comenzamos a gritar de alegría y gozo encima de la nube. Fue entonces  cuando nuevamente descendió mi espíritu  y cayó en mi cuerpo, desperté de aquel lugar hermoso, del cual no me quería ir.
Hermano, Dios te ama mucho. El dio su vida por ti y por mí  en la cruz del  calvario. Si deseas experimentar la misma visión que yo tuve, solo acepta al señor Jesucristo, como tu único y exclusivo salvador. Vive en fe, santidad y amor y Dios te dará la recompensa, que será el cielo gano por la eternidad.

Dios les bendiga.
Su hermana en Cristo,
María de los Angeles  González  Mejias

Preparado por:  Priscilla Velez

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