Solo sus ovejas oyen su voz y el las conoce y le siguen.

Mas vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; Y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dió, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Juan 10:26-29

lunes, 29 de agosto de 2011

Visión de Juicio sobre New York


 Pastor-Evangelista Edgar Shama
Dice la Palabra de Dios:
El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová. ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano. (Jeremías 23:28-30)
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Esta madrugada del 31 de diciembre de 2010, Dios me sorprendió con esta visión. Estaba yo en unas calles, donde había mucho tráfico, y era de noche, pues pude ver todos los edificios de aquella área con todas sus luces prendidas. De momento Dios me eleva en los aires y quedo suspendido, y al final de la avenida veo al fondo la Estatua de La Libertad de New York. Y desde antes de la Estatua, vi cómo se levantó una ola del mar gigantesca, arropó la Estatua y siguió con todo su ímpetu avanzando. Vi que arropó las calles cercanas a la costa de New York (supe que era NY al ver la Estatua de La Libertad) y hubo mucha destrucción, pues las calles estaban llenas, había mucho tráfico.
Al ver todo esto, le pregunté al Señor que por qué pasaba esto. El Señor me contestó: “New York ha sido pesado en balanza y ha sido hallado falto, al igual que Puerto Rico.”
Yo no sé lo que haya de sobrevenir, no me voy a poner a evaluar y a criticar la forma y el medio que Dios utilice para llevar a cabo sus juicios, lo que debemos hacer es orarle a Dios por misericordia en medio de sus juicios.
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Pues dice en la Palabra de Dios:
si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. (2 Crónicas 7:14)
Oremos y arreglémonos en santidad, reconociendo que Dios se merece toda la santísima gloria.
¡Dios Les Bendiga!

Atentamente,

E.J. "Shama" Colón
Humillémonos ante Dios...

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