Izvestia
La Marina de Guerra rusa espera recibir para 2016 buques de bajo y mediano calado y casi invisibles para los radares, según la documentación sobre el desarrollo de las fuerzas navales a la que tuvo acceso el diario Izvestia.
El casco de las corbetas y la superestructura de buques mayores se construirán con materiales compuestos y utilizarán tecnologías furtivas, lo que duplicará su invisibilidad al radar y reducirá en un 20% su peso. Los expertos indican que los nuevos navíos se usarán ante todo en el mar Negro.
El exjefe del Estado Mayor de la Armada rusa, Víctor Krávchenko, comentó a Izvestia que quizá la única imperfección de los materiales compuestos sea su relativa fragilidad. Por esta razón los buques con casco hecho de estos materiales no podrán navegar entre hielos.
"Los hielos pueden dañar el casco de polímero, pero en cambio estos navíos serán útiles en la Flota del mar Negro y en la Flotilla del Caspio donde no hay hielos y las temperaturas casi siempre son positivas", señaló.
© RIA Novosti. La Armada de Rusia
El contralmirante en retiro Vladímir Zajárov indicó otro problema de los cascos de materiales compuestos. Durante las maniobras de atraque deben evitarse golpes contra el muelle y por lo tanto se necesitan infraestructuras acondicionadas.
"La Flota del mar Negro cuenta con buenos muelles, sobre todo para buques pequeños. Me refiero a la 'muralla de minas' y a la Parte Norte en Sebastopol", dijo Zajárov.
Actualmente la Armada rusa no tiene buques con casco de materiales compuestos. El dragaminas Aleksandrit con casco de fibra de carbono aún se encuentra en el astillero y entrará en servicio en 2015. Pero los polímeros no se utilizan en este barco para hacerlo "invisible", sino para reducir los campos electromagnéticos que reaccionan a las minas.
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